Una Instantánea de las Pruebas de Compatibilidad Electromagnética
Pruebas de compatibilidad electromagnética (EMC) se refieren a las pruebas realizadas en equipos eléctricos y electrónicos con el fin de asegurar que el equipo funciona de acuerdo con los estándares del fabricante, las demandas de los clientes, y las regulaciones estatales. Un producto debe proporcionar una buena experiencia a sus usuarios, sin que se generen en su entorno interferencias electromagnéticas que pueden interferir o influir en el rendimiento de otros productos cercanos. La prueba también verifica si el producto es capaz de sostener las emisiones electromagnéticas de otros dispositivos electrónicos cercanos.
Una fuerte radiación electromagnética puede causar descargas eléctricas, destruir equipos eléctricos, transformadores de distribución de energía daño, causar incendios e inclusive causar riesgos biológicos. Tiempo atrás, en la era de la Segunda Guerra Mundial, la interferencia electromagnética (EMI) se asemejaría a un gremlin que se hace cargo de los mandos de un avión de combate durante una tormenta; volviendo al año 2010 – Los problemas de frenos en vehículos Toyota fuera causados por EMI, incluso hoy en día, los teléfonos móviles y taxis que circulan equipados con radios pueden afectar el sistema de frenos ABS (Anti-Skid Braking System) y los sistemas de bolsas de aire anti choque de otros coches y hacer que su conductor pierda el control
Esta es la razón por la que las pruebas de EMC son muy importantes. Los productos que no pasan estas pruebas deben ser retirados inmediatamente del mercado o detenidos en los puestos de control aduanero. Las pruebas de EMC tiene una larga historia y han pasado de analógico a digital, y siguen evolucionando. Veamos como han cambiado.

La evolución de las pruebas de cumplimiento EMC
La radiación electromagnética (EM) y las pruebas de EMC son más antiguas de lo que imaginamos. Todo comenzó cuando el hombre descubrió que la caída de un rayo en un edificio puede producir pulsos de radiación EM. Para combatir el problema, se introdujeron los pararrayos. A medida que se extendió el uso de la electricidad, los equipos tuvieron cortocircuitos, la gente se lesiono y los incendios estallaron. Esto condujo a la invención de los interruptores de circuito.
Posiblemente, el primer ejemplo observado de interferencia de la radiación EM fue a mediados de la década de 1800. Los cables eléctricos se afectaban entre sí e interferian severamente con el funcionamiento de los teléfonos y telégrafos, entre otros productos, y los gobiernos se dieron cuenta de la necesidad de poner freno a la radiación electromagnética.
En los comienzos de los años 1900, se descubrió que la radiación electromagnética de los vehículos y otras fuentes interferian con las transmisiones de radio. Esto fue como una llamada de atención y todas las naciones industrializadas comenzaron seriamente a abordar el tema Un marco normativo internacional se creó para garantizar que la comunicación se mantuviera libre de interrupciones.
La revolución del automóvil en el siglo 20 llevó al uso generalizado de dispositivos de conmutación en automóviles, motocicletas y electrodomésticos. Interferencias EM fueron observadas en transmisiones de radio y de televisión, obligando a los países a pasar leyes reglamentarias sobre EM.
Con el paso del tiempo, fuimos testigos de descargas accidentales de chispas eléctricas y altas emisiones de radiofrecuencia de los hornos de microondas. La radiación de nuevos dispositivos de conmutación obligaron a los gobiernos a cambiar sus leyes de EMC y establecer nuevos estándares.
Al avanzar la tecnología en la década de 1970, la radiación EM aumentó con la llegada de velocidades de conmutación más altas y circuitos con voltajes mas bajos que aumentan la vulnerabilidad de los dispositivos. La era de los equipos electrónicos digitales se acercaba rápidamente, los estándares de EM se revisaban y las pruebas de cumplimiento EMC tuvieron que mantener el ritmo.
Del mismo modo, la década de 1980 vio la introducción de los dispositivos móviles y los canales de los medios de difusión acumulando presión sobre las ondas. Sin embargo, el lado positivo es que los sistemas digitales son menos propensos a la radiación electromagnética que los sistemas analógicos. Una gran cantidad de piezas en el interior de los dispositivos son optimizadas por la programación lo que hace más fácil el cumplimiento de EMC.
Estamos en 2013 y hoy en día las ondas estan inundadas por los dispositivos móviles, Internet, canales de difusión, electrodomésticos y más. Por suerte, contamos con pruebas de cumplimiento de EMC para garantizar la seguridad.
Las normas EMC van cambiando con cada invención, y recordemos que estamos en la era de la obsolecencia tecnológica rápida , y por lo tanto las pruebas de EMC tienen que seguir el ritmo de realidades actuales. Hoy en día, el equipo de prueba EMC incluye kits de prueba, analizadores, céldas de prueba y cámaras, generadores de RF, antenas, ERS , amplificadores de potencia, sondas rastreadores y mucho más.
Resumiendo
Las pruebas de EMC son una necesidad para todos los dispositivos eléctricos y electrónicos. Muchos países hacen cumplir las normas de EMC y, en muchos casos, los clientes exigen el cumplimiento EMC. Fabricantes de gran reputación se auto-imponen estándares de EMC.
Al evolucionar la tecnología, también lo harán las normas y pruebas de compatibilidad electromagnética. Las pruebas de EMC ha evolucionado en gran medida que no tienen otra opción que seguir el ritmo de los cambios tecnológicos.
* fuente Emscan